«Si lo ves, lo arreglas»: la forma de conseguir tiendas más atractivas
Si ves algo que no está como debería, soluciónalo inmediatamente. Esta es una sencilla rutina que se ha convertido en un gran éxito en nuestras tiendas.
¿Un colchón ha quedado un poco desarreglado después que lo probase un cliente? ¿Has visto una etiqueta de precios tirada en el suelo? ¿O la estantería de las toallas necesita una limpieza rápida para mejorar el orden? Entonces, hay que arreglarlo.
Esta nueva rutina, denominada «si lo ves, lo arreglas», puede parecer muy simple, pero se ha convertido en un gran éxito en las tiendas JYSK de toda Europa.
«El cliente que entra en la tienda en cualquier momento del día debe encontrará atractiva, y el concepto "si lo ves, lo arreglas" ha sido fundamental para alcanzar este objetivo. Al aplicar el concepto "si lo ves, lo arreglas", conseguimos que la tienda sea siempre más atractiva para los clientes de un modo más eficiente, lo que nos permite centrarnos todavía más en el cliente y en aumentar las ventas», señala Jordi Guardiola, Store Manager en La Nucía, España.
Atractiva y productiva
Esta nueva rutina se presentó con un vídeo durante el último ejercicio fiscal y ha sido un tema de conversación recurrente en todas las reuniones mensuales y en la planificación diaria. Esta rutina debería hacer que las tiendas sean más atractivas, pero también más eficientes. Con este concepto, un empleado de la tienda que se dirige de la caja al almacén, si ve algo mal, lo arregla de forma inmediata, en lugar de añadirlo a una lista y volver a solucionar el problema más tarde.
«Se trata de hacer algo al mismo tiempo que ya estás haciendo otras cosas. Para nosotros, como Retail Manager o District Manager, también es importante predicar con el ejemplo. Si vemos algo mal cuando visitamos una tienda, no solo se lo explicamos al Store Manager para que lo solucione, también le ayudamos a hacerlo» señala Héctor Torres, Retail Manager de JYSK España y Portugal.
No obstante, para Héctor también es importante destacar que no siempre es posible detenerse y solucionar un problema.
«Se trata de mantener un equilibrio. Si estás con un cliente, este tiene prioridad y no puedes hacer otras cosas, pero si te diriges a la zona de mostradores a realizar alguna tarea, siempre puedes hacer algunas cosas rápidas por el camino», afirma Héctor.